Buscar este blog

Buscar este blog

Buscar este blog

Buscar este blog

Buscar este blog

Visit this web in your language

viernes, 16 de noviembre de 2007

Tokio Hotel Love`s History

Autora: Rosa Marañón
Título: Tokio Hotel Love´s History
Resumen: Dulce romance entre dos amigas, que logran conquistar el corazón de los Kaulitz.
Género: Romance, Drama, Comedia.
Clasificación: Todos los públicos hasta ahora.
Capítulos: 17 por ahora.
Contactar con la autora: rosikimaranon@hotmail.com o http://www.fotolog.com/rosiki92












CAP 1




Se oyó un portazo que venía desde la entrada, una noche de junio. Hacía calor y el ambiente era seco por lo que Alice no podía dormir bien. Quizá era por eso o quizá porque temía por su madre.

Esa noche era la quinta que salía con un hombre desde que se había divorciado cuando Alice tenía doce años. Habían pasado cinco años desde aquella noche en la que sus padres quedaron definitiva y oficialmente divorciados. Desde aquel entonces Claude había tenido una vida amorosa muy escasa y salía con hombres que no le convenía. Claude era una mujer cuyos cuarenta años le quedaban grandes para su aspecto, que parecía el de una mujer de 35 años. Se enamoraba con facilidad al igual que los hombres caían en las redes de su belleza juvenil. Alice ya la había oído llorar demasiadas veces y le dolía que la dejaran plantada con tanta facilidad, al fin y al cabo era su madre y eso a las hijas les duele. Por eso cuando Alice se sobresaltó al oír el golpe de la puerta no le pareció extraño que fuera porque el último hombre con el que se había encaprichado su madre, la hubiera plantado con una torpe excusa de nuevo. Alice se encontraba en ese momento en su habitación, repasando para los exámenes finales que tendrían lugar dentro de muy poco tiempo.

Miró el reloj.
Eran las dos y veinte de la madrugada. Apagó la luz del flexo y espero en silencio a que su madre se encerrara en su cuarto. Alice sabía que tendría que trabajar el doble por la mañana para cubrir a Claude que estaría deprimida; estaría toda la noche despierta, lamentándose y preguntándose que es lo que había hecho mal y dormiría cuando saliera el sol, agotada, hasta la tarde.
Un sonido lejano despertaba a Alice de su sueño. Los rayos del sol entraban por las ventanas abiertas y bañaban el rostro de la muchacha. Su largo cabello rojizo despeinado se extendía por su cara y sus delgados brazos pálidos que abrazaban la almohada. Abrió los ojos y descubrió que era de día. Aquel sonido que la había despertado volvió a repetirse, esta vez con más claridad. Bajo corriendo las escaleras y abrió la puerta principal. Ante ella se encontraba un hombre alto, de pelo rubio y ojos cansados con barba descuidada y dedos rechonchos.; el mismo hombre que había abandonado anoche a Claude y que ahora, se presentaba ante la puerta de su domicilio con un pequeño y estropeado ramo de margaritas amarillas. Sonrió a Alice e intentó abrirse paso por encima de ella para entrar en la casa mientras gritaba el nombre de Claude.

Alice estaba de los nervios porque aquel hombre había hecho sufrir nuevamente a su madre y ahora se presentaba en su casa como si nunca hubiera ocurrido nada. Además tenía prisa por llegar al instituto para hacer un examen sobre historia alemana del siglo XIX y otro de literatura romántica alemana (Goethe, Novalis, Holderlin, Heine y Büchner entre otros)

- No puedes pasar. No hay nadie en casa.- reprochó Alice.
El hombre se alejó dos pasos de la chica y sus labios se convirtieron en una sonrisa maliciosa.

-¿Es eso lo que quieres que piense?- dijo con una voz ronca y se puso debajo de la ventana de la habitación de Claude gritando de nuevo su nombre.
Alice no perdió la compostura y mantuvo su posición delante de la puerta, sin moverse. Sabía que su madre no se iba a levantar aquella mañana por mucho ruido que hubiera fuera.

-¿Lo pasaste bien anoche… Jay?-preguntó Alice con cierto sarcasmo.- ¿Tan buena estaba la mujer con la que pasaste la noche que no podías ir a la cita porque tenías a otra entre tus brazos?

Jay la miró fijamente intentando intimidarla, pero ella no los aparaba de los suyos por mucho empeño que pusiera.

-Mira mocosa, no te metas en mis asuntos porque no son de tu incumbencia. ¿Acaso piensas que le he puesto los cuernos a tu madre? ¿Cómo puede saber eso una estúpida como tú que no tiene mayoría de edad y por lo tanto no entiende de asuntos de adultos?

Alice se vio ofendida pero no por ello dejó que se notara y recuperó su estrategia por donde la había dejado, apuntando al punto más débil de aquel hombre con sonrisa falsa.

- Para ser florista no se te da muy bien eso del lenguaje de las flores. Las margaritas son símbolo de inseguridad. Las grandes, como esas, representan el olvido y es una opción segura para la persona a las que se las regalas pueda perdonarte como en este caso. Es como si le preguntaras ¿me quieres? Sin necesidad de palabras y el amarillo es el color de la infidelidad. Además no te has esmerado mucho en coger un ramo con mejor aspecto ni tampoco en afeitarte esta mañana y arreglarte y tus ojeras demuestran que no has dormido bien. ¿Me equivoco?
Jay no contestó. Se dio la vuelta y tiró las flores a un cubo de basura de la calle y se marchó.

-Procura recordar los pequeños detalles la próxima vez que vallas a presentarte delante de una mujer cuando te disculpes y le hallas sido infiel.-se despidió Alice, mientras veía que Jay se alejaba con paso ligero.




CAP 2



La muchacha volvió dentro de la casa, se vistió con una falda marrón por encima de las rodillas y una camisa rojo fuego, se lavó los dientes después de desayunar y cogió la mochila del instituto. En la verja del jardín, de espaldas, una chica de pelo largo, liso y rojo la esperaba de espaldas.

Al escuchar los pasos de su amiga se dio la vuelta, sujetando con la mano izquierda una de las asas de la mochila y con la otra, un periódico de ese día que había comprado en un quiosco. Le dirigió una gran sonrisa a Alice mientras esperaba a que llegara a donde estaba ella.

Llevaba una camisa a rayas negras y rosas con pequeñas estrellas estampadas de este último color, pantalones vaqueros y unas converse rosas. A un lado del pelo le adornaba un lacito negro con topos rosas. Abrió el periódico por la página que tenía marcada entre sus dedos y lo levantó para que Alice pudiera verlo. El titular decía: “Tokio Hotel vuelve a Alemania”

Alice se llevó las manos a la boca, tapándola y puso los ojos como platos acercándose corriendo hasta su amiga para coger el periódico y leer el artículo que estaba redondeado con subrayador fosforescente. Una foto de los chicos dividía las dos columnas de información con respecto a este. Bill, en el centro, llevaba el pelo erizado y vestía unos vaqueros pitillo y una camisa gris con un dibujo negro en el centro.
Sus ojos, como siempre estaban muy maquillados al igual que sus uñas lacadas de negro. Tom, quedaba a su derecha con un estilo rapero que no pasaba desapercibido. Sus rastas estaban recogidas en una larga cola de caballo adornada con una gorra azul que hacía juego con el dibujo de su camiseta blanca. Llevaba unos vaqueros dos o tres tallas más grandes que la suya que sin embargo, le quedaban muy bien y unas surferas blancas. A su lado, Gustav, muy serio y un poco tímido con las manos en los bolsillos de los vaqueros.
A la izquierda del todo, Georg tenía también las manos en los bolsillos y llevaba ropa oscura y el pelo castaño suelto con la raya a un lado.

- ¿De donde has sacado esto Kat?

-Lo tenía mi padre esta mañana. Lee el artículo. Vas a flipar.
Alice leyó en voz alta.

“Tras la gira internacional de 1000 hotels, los chicos de Tokio Hotel vuelven a su país natal. ‘Queremos estar con nuestras fans alemanas que nos han apoyado desde el principio’ dice Bill Kaulitz, el cantante y cabecilla del grupo. Su hermano gemelo Tom le apoya diciendo: ‘Ya va siendo hora de que hagamos algo por ellas porque últimamente las tenemos muy abandonadas.’ Por lo que los jóvenes artistas se reunirán con sus fans el próximo día 21 de Junio, (cuando sus fans hayan pasado los exámenes finales y estén ya más relajadas) en el hotel Adlon Kempiski donde responderán a todas las preguntas de sus fans y responderán a sus peticiones y demás.

Al final de la charla, los alemanes repartirán para sus invitadas un regalo especial del que todavía nadie sabe de qué se trata pero que han prometido que será algo muy valioso.
Las entradas de dicha reunión son limitadas y solo las 100 primeras chicas más afortunadas tendrán el placer de verles y hablarles pero… ¿cómo conseguirlas? Las interesadas deberán ir a este hotel a recogerlas o, si lo prefieren a la cadena de música Viva Live. Cada una cuesta 10€ que serán destinados a una organización humanitaria contra el maltrato infantil. Su venta comenzará este mismo día a si que no pierdas la oportunidad de ser una de las que, después de su gira, esté y hable con el grupo de música más esperado y querido que nos a cautivado con su estilo único…”

Alice terminó de leer el artículo y se quedó paralizada, ordenando toda la información que acababa de recibir. No se había dado cuenta de que estaban ante el aula de su clase y que ya dentro estaban esperando pacientemente y con los nervios a flor de piel a que se repartiera el examen de literatura que iba a tener lugar.

-¿Porqué has tenido que decírmelo justamente ahora Kat? Ahora no podré concentrarme en el examen pensando que las entradas se vana agotar y que no podremos estar con ellos.
-Estate tranquila Alice. No se van a acabar.- la animó Katherine.
-¿Y como lo sabes? Así no me animas.- Dijo Alice dirigiéndose a un asiento que había libre en la clase.

-Porque he llamado a la cadena de música esta mañana para que nos reservaran dos para esta tarde y me han dicho que no podían reservar pero que para que tuviéramos todas más o menos las mismas oportunidades van a venderlas esta tarde, después del examen. Lo tengo todo planeado.- dijo Katherine guiñándole un ojo a su amiga mientras ocupaba un asiento libre dos plazas más atrás que Alice.
Alice sonrió a sui amiga que siempre estaba pendiente de todo. Si no fuera por ella, nunca hubiera sabido de ese meeting del día 21, o se habría enterado ya tarde, y así con muchas otras cosas. Era una suerte tenerla como amiga y que le gustara el mismo grupo de música que a ella.

Tres horas más tarde, los exámenes ya habían acabado y el timbre ya había sonado dejando a los estudiantes salir de las clases para irse a sus casas. Alice y Katherine recogieron sus cosas rápidamente y corrieron para llegar las primeras al edificio de la cadena musical a recoger sus entradas. En el camino pararon a comprar unas hamburguesas, puesto que era la hora de la comida y tenían mucha hambre, para comérselas mientras esperaban en la fila de la taquilla.

Un enorme cartel de color morado y rosa que sobresalía entre los árboles y las casas de la cadena de música Viva Live sobre el tejado de uno de los edificios. Cada segundo que pasaba era importante para que no hubiera más gente esperando por lo que echaron a correr sin pensarlo dos veces.

Les daba igual quien pasara por delante insultándolas porque iban atropellando a la gente, o si se quedaban sin aire. Lo importante era llegar cuanto antes y comprar esas entradas para ver a sus ídolos.




CAP 3




Tres horas más tarde, los exámenes ya habían acabado y el timbre ya había sonado dejando a los estudiantes salir de las clases para irse a sus casas. Alice y Katherine recogieron sus cosas rápidamente y corrieron para llegar las primeras al edificio de la cadena musical a recoger sus entradas. En el camino pararon a comprar unas hamburguesas, puesto que era la hora de la comida y tenían mucha hambre, para comérselas mientras esperaban en la fila de la taquilla.

Un enorme cartel de color morado y rosa que sobresalía entre los árboles y las casas de la cadena de música Viva Live sobre el tejado de uno de los edificios. Cada segundo que pasaba era importante para que no hubiera más gente esperando por lo que echaron a correr sin pensarlo dos veces. Les daba igual quien pasara por delante insultándolas porque iban atropellando a la gente, o si se quedaban sin aire. Lo importante era llegar cuanto antes y comprar esas entradas para ver a sus ídolos.
Cruzaron la esquina para llegar a la taquilla pero no pudieron adelantarse mucho más.

Allí había mucha gente esperando como ellas. Por lo menos veinte personas se agrupaba haciendo una fila torcida de la que no se podía distinguir donde estaba el final. Madres, padres, hermanos… todos se habían sacrificado por estar allí los primeros para satisfacer los deseos de sus hijas y hermanas. Sobre la taquilla había un cartel con letras grandes y negras en el que se podía leer: “Venta de entradas del meeting de Tokio Hotel: quedan 30 entradas disponibles”


De 100 que había en un principio quedaban menos de la mitad y eran muchas las personas que estaban deseando adquirir una. Alice y Katherine se pusieron en la fila y esperaron con impaciencia mientras la gente avanzaba poco a poco… y las entradas se iban agotando.

Era in infierno ver como se iban vendiendo las oportunidades de ver a Tokio Hotel y que hubiera aun más gente esperando antes que ellas sin poder hacer nada por tener seguras dos entradas. Pero ahora ya no importaba porque con solo dos personas delante de ellas y un total de cinco entradas aun disponibles y era imposible que se quedaran en la estacada después de todo el tiempo y sufrimiento que habían pasado con el calor que hacía. La muchacha que estaba comprando una entrada para ella parecía que tenía un problema.

-…instrucciones explícitas de los chicos. Solo fans alemanas. Lo siento mucho pero imagina que vinieran fans de todo el mundo y no pudieran entrar las alemanas. Sería un poco injusto para ellas ¿no te parece?...
-Pego, yo no sabía eso.

Tendgían que habegnos avisado pogque he pasado mucho tiempo espegando paga que ahoga no pueda comprag una de esas entradas. No pasa nada pogque sea solo yo la única chica que no sea alemana. ¡Porfavog!- insistía la muchacha desilusionada con un acento francés muy notario.
Las suplicas de la chica no sirvieron de nada y se fue sin conseguir su entrada. Ya solo quedaba una chica delante de ellas que compró dos entradas para ella y su hermana. Ya solo quedaban tres y ellas dos eran las siguientes. Pidieron las suyas.
-Son 20€… perdonad ¿de donde sois?- preguntó el chico de la taquilla nada confiado.
Alice y Katherine se miraron.
-Tenemos nacionalidad alemana si es eso lo que pregunta.- Dijo Kat y acto seguido sacó su DNI para confirmarlo.- Ella también.

Alice hizo lo mismo.
-Está bien. Son 20€.- volvió a repetir el hombre sin estar del todo convencido.
Las dos amigas pagaron sus respectivas estradas y las guardaron en la cartera, a buen recaudo.

Faltaba aun una semana para el gran día y ya estaban haciendo planes sobre lo que llevarían ese día, si les regalarían algo a sus ídolos, si se iban a llevar la cámara, el móvil y la grabadora…
Quedaría al día siguiente, después del examen de economía de Alice y del de latín y filosofía de Catherine para ir a comprar la ropa que llevarían.

-¡¡Alice!!- gritó Claude desde la cocina, cuando la muchacha subía corriendo por las escaleras hasta su cuarto para dejar la entrada en su cuarto y volver a bajar corriendo para ver lo que quería su madre.- ¿Dónde has estado? Normalmente llegas más temprano.
Alice le contó todo lo que le había pasado desde que Catherine llegó con el periódico entre las manos mientras ella escuchaba atentamente a su hija, anonadada.
-¿Pretendes que vaya a acompañarte hasta el hotel, y esperarme fuera hasta que vosotras terminéis con todo el trabajo atrasado que tengo? Las horas que he perdido hoy las tengo que recuperar de alguna forma y mañana tampoco se si iré…
-¡Mamá no puedes tirar tu vida como si no valiera nada por culpa de ese estúpido porque no conseguirás nada con ello y a cambio él tendrá lo que quiera a costa de gente como tú. No puedes ser tan débil y no dar la cara a los problemas.






CAP 4


Hoy un capi k no s mu interesant xk no aparecen los tokio pro aparece otro personaje k va a significar muxo para el fic y va a ayudar un pco;) spero k lo disfruteis!aunk el d oy no s tan largo cmo los anteriores.

Lo que había pasado no habías forma de cambiarlo, solo se puede seguir adelante viviendo tu vida a tu manera.

Al día siguiente por la tarde, Alice y Catherine se encontraron en el centro comercial después de los exámenes de la mañana. Tenían todo el día por delante para probarse y comprarse todo lo que necesitaban para el gran día. Primero fueron a comprar la ropa pasando por todas las tiendas del centro y probándose cuanto podían.


Claude fue a acompañarlas y de paso poder despejarse un poco. Le dio dinero a su hija por si acaso le faltaba y se paró a tomarse algo en un café. Se sentó en la barra a esperar a que las chicas terminaran sus compras pero no fue una buena idea. Los malos recuerdos del pasado rondaban por su cabeza suprimiendo otros recuerdos más agradables. Sus ojos comenzaron a humedecerse sin poder evitarlo, pero no dejó que las lágrimas se derramaran.

Cerró los ojos y cuando vio que se sentía mejor, volvió a abrirlos. Pudo distinguir la silueta de otra persona sentada muy cerca de ella y se sobresaltó.

-¿Se encuentra usted bien?- preguntó el desconocido.
Era un hombre joven y atractivo. Tenía el pelo moreno y corto y ojos brillantes.

-Si, si estoy bien. Es solo que me a dado un bajón de repente, gracias.-dijo mientras le dedicaba una sonrisa.

- Hay veces que agradeces que alguien este cerca tuya para desahogarte.
Claude miraba fascinada al hombre. Aunque no la conociera de nada quería ayudarla y hacer que se sintiera mejor.

-Lo siento, me tengo que ir. Espero que resuelva pronto sus problemas.- se despidió el joven con una cálida sonrisa mientras cogía el dinero del cambio de su café y se marchaba.

Katherine había encontrado un conjunto que le gustaba. Constabas de una camisa de manga corta rosa claro con los bordes de las mangas tres centímetros más oscuros y una calavera con un lazo rosa oscuro a juego en la parte superior izquierda.

Encontró también unos vaqueros cortos negros con unos rotos de adorno. El conjunto en si combinaría muy bien con sus converse rosas. Alice por su parte eligió una camisa roja con una raya negra de dos centímetros cruzada horizontalmente debajo del busto y otra vertical a la derecha de esta que la atravesaba desde el cuello hasta la cintura y un falda por encima de las rodillas negra.

También se compró unas bailarinas negras de terciopelo con unos lazos en la punta. Terminado de comprar lo principal, las muchachas fueron a buscar los complementos. Katherine compró un cinturón negro y blanco a cuadros, un collar negro de bolas largo y unos guantes negros de rejilla.

Al igual que su amiga, Alice se compró otros guantes iguales y otro cinturón negro y rojo, una pulsera roja y una gargantilla de tela negra de rejilla con calaveras colgando y una cruz un poco mas grande en el centro.
Se reunieron con Claude en el café donde se había sentado.

-Os pasáis mucho con eso de Tokio Hotel. No son para tanto. El cantante es un poco andrógino…- discutió Claude en cuanto vio todas las comprar que traían las chicas.

-¡Mamá!- la regañó su hija- No puedes juzgar a las personas sin conocerlas solo por su forma de vestir. Mira las canciones que ha compuesto. Eso no lo hace cualquiera. Basta ya de meterte con ellos.

Claude fue a contraatacar pero lo dejó pasar. Le hacía gracia ver como se ponía su hija cuando se metía con el cantante de Tokio Hotel. Sonrió ligeramente.
Pasados todos los exámenes y el agobio, Alice y Katherine recibieron sus notas un día antes del meeting. Las dos tenían buenas medias para la universidad y estaban muy contentas.

Los padres de Kat habían aprovechado las vacaciones para marcharse el fin de semana con su hija menor, dejando a Kat en casa de Alice durante ese periodo.
En la última noche, las dos amigas estuvieron muy inquietas y no pudieron dormir planeando todo lo que les iban a preguntar al grupo y asegurándose de llevar todo lo necesario para no perderse ni un segundo del que sería el mejor día de sus vidas.

El encuentro se celebraría a las nueve de la noche por lo que tendrían la mañana libre para prepararse a conciencia.



CAP 5





Llegaron al hotel media hora antes y ya había bastante gente esperando pero aun se notaba la ausencia de la mayoría.

Claude esperó con ella en el recibidor junto con las demás acompañantes de las fans adolescentes hasta que finalmente, entraron. En el interior de la inmensa habitación preparada especialmente para la ocasión, varios hombres uniformados con trajes negros y corbatas repartían aperitivos y refrescos servidos previamente en bandejas. La sala era muy amplia y luminosa con las columnas recubiertas de espejos a lo largo de esta y el suelo era de mármol de colores claros al igual que las paredes dando un efecto de amplitud de la estancia y, en lo alto, una gran lámpara de cristal colgaba del techo. Todo estaba preparado a conciencia y era muy lujoso aunque las invitadas no fueran con trajes de gala.


Faltaban pocos minutos para que aparecieran los chicos y eso se notaba en el ambiente, cada vez más cargado por la emoción.
Las fans tenían las cámaras de fotos en la mano, preparadas y algunas fotos y otros objetos para que les firmasen un autógrafo.

Los guardaespaldas entraron haciendo que las chicas formaran un pasillo para que el grupo pudiera pasar por él. Llevaban grabas en las camisetas negras las letras de VSD Hamburg y llevaban puestas gafas de sol.

Dos de ellos se colocaron a ambos lados de las puertas centrando en el espacio de en medio de la puerta todas las miradas pero no fue el grupo el que salió a continuación, sino otra persona más mayor, ancho de espaldas, rapado a cero, y con una gafas pequeñas. Se trataba de Saki, el guardaespaldas principal del grupo.
-Muy bien chicas. Tokio hotel está aquí- se vio interrumpido por los gritos de alegría de las fans- y vendrán muy pronto.

No quiero gritos como el que acabáis de dar ahora mismo, empujones, peleas o cualquier cosa por el estilo que esté fuera de lugar. La primera que desobedezca se irá afuera y hasta que no se tranquilice no volverá a entrar. Pasarán por aquí saludándoos y se pondrán allí -explicó señalando el pasillo que los guardaespaldas les habían obligado a hacer y un pequeño escenario al fondo de la sala.
Dicho esto se dirigió hasta donde el grupo debía de pararse y se quedó de pie y cruzado de brazos.

No tardaron mucho en aparecer. Bill llevaba el pelo hacia arriba como de costumbre, una chaqueta de cuero negra abierta que dejaba ver una camisa del mismo color debajo, y unos vaqueros pitillo.

Tom tenía unos vaqueros anchos y una camisa de la misma talla negra a juego con la gorra.
Georg y Gustav también iban con vaqueros, deportivas y camisa negra. Los cuatro sonreían a las fans que se quedaron boquiabiertas cuando llegaron y alguna que otra sollozaba y secaba las lágrimas. Cruzaron el pasillo cada uno resguardado por los guardaespaldas y repartiendo salidos y lanzando besos. Subieron al pequeño escenario y Bill se dirigió a las fans diciendo:

-Gracias por estar aquí esta noche. Nos halaga mucho tener tan buenas fans como vosotras porque sois las mejores que cualquier grupo pueda tener y por eso quiero que os lo paséis bien esta noche.

Tom asentía con la cabeza detrás suya. Las primeras manos comenzaron a elevarse de entre la multitud para poder hablar.

Uno de los guardaespaldas le dio el micrófono a una chica regordeta que llevaba una camisa del grupo, pero también otras cosas como un collar, unas zapatillas, una pulsera, pins, un bolso y la cara pintada con el nombre de los componentes. Además se había tatuado el mismo tatuaje que tenía Bill en el brazo(Freiheit 89)

-Bill, ¿es cierto que sales con Mónica Sanz, la modelo española?-preguntó ansiosa.
-Bueno, es cierto que la chica es bastante guapa pero no hemos llegado a tener nada serio. Estamos los cuatro libres.

La niña resopló aliviada que devolvió el micrófono al hombre para que otra chica pudiera preguntar algo más. Esta vez, la chica era muy mona, con el pelo largo y liso de color negro con mechas azules por delante.

-¿Cuándo podremos escuchar canciones nuevas?-quiso saber.

-Pues tenemos algunos temas nuevos que están quedando muy bien...

-Bill estuvo escribiendo cuando no podía hablar después de su operación. Era lo único que podía hacer- cortó Tom desde otro micrófono.

-Creemos que para principios del año que viene podréis escucharlas.- terminó el cantante.

Una a una las fans fueron exponiendo sus dudas y sus peticiones y los chicos las fueron contestando generosamente.
-¿Porqué no preguntas tú algo Kat?- le dijo Alice al oído.
-¿Qué quieres que pregunte?- se ofreció su amiga.
-Pregúntales si creen que somos guapas.- la retó Alice.
Kat aceptó y levantó la mano con decisión para pedir el micrófono que seguía pasando de mano en mano. Cuando se lo entregaron dijo apuntando a su amiga de tal forma que vieran quien era:

-Mi amiga Alice quiere saber si creéis que somos guapas y de paso si os habéis fijado ya en alguna de nosotras.
Alice enrojeció al instante y bajó la cabeza un poco agradeciendo que había mucha gente y seguramente no la veían bien. Los chicos rieron.
- Pues la verdad es que tenemos la ventaja de que nosotros solo somos cuatro y vosotras cien. Y supongo que si alguno de nosotros se enamora no os negaréis. Aquí hay chicas muy guapas.

Por un instante Bill consiguió distinguir a Alice de la multitud y ella pudo ver como su cara cambiaba de expresión aunque no estaba muy segura de cual había adoptado al verla.
Todas tuvieron tiempo para preguntar lo que querían y una a una fueron acercándose y posando para las fotos con ellos y tomar al final una de todos los presentes allí. Pero había una chica que se apoyaba al final de la sala contra una columna que no pareció inmutarse ante la presencia del grupo y que por supuesto tampoco se acercó a saludarles siquiera.

Era rubia, muy guapa. Tenía unos bonitos y profundos ojos azules aunque miraran de forma fría y una cara seria. Su figura era delgada y sus piernas largas y estilizadas. Alice se dio cuenta de que estaba allí cuando fue a hacerse la foto con los chicos. Agarró a Bill de la cintura por un lado y a Georg por el otro. Pudo notar a Bill tenso, alejado un poco más de ella comparado con Georg y, a diferencia de este, él no la agarraba de la cintura.

Reconoció a esa chica al instante. Se trataba de Ann Katrin, la famosa chica que una vez logró emborrachar a Tom para acostarse con él y vender algunas fotos a la prensa de cuando se le insinuaba.

Aquellas fotos habían recorrido Europa, América y parte de Asia con rumores de todo tipo e historias inventadas.
Tenía la mirada fija en Tom pero este no se había dado cuenta de su presencia o por lo menos así lo dejaba ver.
Una vez terminada la sesión de fotos, los camareros volvieron a entrar repartiendo bebidas y aperitivos de todas las clases para las invitadas y los chicos se mezclaron con sus fans.




CAP 6



Claude había salido un momento fuera del edificio a fumar un cigarro. La noche era seca pero corría una brisa fresca. El cielo estaba claro y la luna llena. Si no hubiera sido por la multitud de luces que la rodeaban, también podría haber visto las estrellas.
-Bonita noche ¿verdad?- dijo una voz masculina detrás suya.
Se dio la vuelta , reconociendo aquella voz. Volvió a ver al hombre del bar delante de ella y sintió por dentro una oleada de alegría.
-Si, es realmente bonita.¿Está dándose una vuelta?
-No. He venido al meeting.-y movió la cabeza hacia el hotel.-¿Me da un cigarro?
Claude le entregó el cigarro y el mechero para encenderlo.
-Todas está locas por Tokio Hotel. A mi no me gustan mucho pero mi hija está loquita por Bill.
El hombre desvió la mirada hacia el cielo como si así las palabras fluyeran más fácilmente.
-A mi me gustan sus canciones. Me parecen que tienen mucho sentimiento y un significado profundo en cada una de ellas.
Claude quedó conmovida ante esas palabras. Ambos sonrieron algo tímidos pero fue él quien tomó finalmente la decisión de retomar la conversación de nuevo.
-¿Le gustaría tomar algo algún día conmigo?-le propuso.
Claude se sorprendió ante la proposición del hombre.
-Ni siquiera sé como se llama, señor...
-Me llamo David Jost.- se presentó el hombre.
Claude se presentó también. Estuvieron alrededor de media hora hablando sobre ellos. Claude le enseñó una foto de su hija junto con Kat orgullosa y David le contó por que se acercó a ella la primera vez en el restaurante cuando la vio llorar.
-Al principio me resentí pero yo también estuve así una vez y nadie vino a ayudarme. Lo pasé fatal y cuando salí de mi depresión, me juré a mi mismo que no dejaría que nadie estuviese solo en los peores momentos si yo podía evitarlo. Y entonces te vi a ti, y me acordé de mi promesa. Supongo que soy lo que la gente llama un buen Samaritano.
Claude quería saber más sobre David; su pasado, sus gustos, sus miedos... pero no pudo preguntarle porque una vez más la invitó a tomar algo.
-Lo siento. Tengo mucho trabajo ahora y las chicas pueden salir en cualquier momento.- se excusó algo arrepentida.
-No te preocupes por eso. Los Tokio se marcharán cuando todas las fans se hayan ido y si ellas son las últimas estarán allí hasta que tú llegues. Si quieres yo puedo pedirles que hagan eso por mí.
Ella aceptó pensando también en su hija, a la que mandó un mensaje al móvil para que no se preocupara mientras que David iba a pedir el favor.


“Te dejo estar hasta la hora que vosotras queráis pero no seáis tontas y aprovechad el tiempo lo máximo posible da igual hasta que hora sea. No te preocupes por mí, estaré tomándome algo en un bar. Si quieres algo llámame y yo iré. Tschüs!”
Alice recibió el mensaje en mitad de la celebración y se lo enseñó a Kat. Las dos se pusieron muy contentas.
Ann Katrin pasó en ese instante por delante de ellas, empujando a caso hecho a Katherine para acercarse mejor a Tom que estaba detrás de ella.
-Hola Tom -dijo con voz sensual para provocar mientras las dos amigas se quedaban alucinando al ver la cara que tenía de acercarse de nuevo a él con todo lo que había hecho- ¿Te acuerdas de mí? Nos conocimos en la fiesta que dieron por la noche los “Eins live Krone” en vuestro honor. Quería hablar contigo a solas.
Claro que Tom la recordaba. Había tenido que dar explicaciones a mucha gente por su culpa.
-Si quieres decirme algo, hazlo aquí. No pienso ir a ningún lado contigo. No creo que lo que tengas que decirme sea tan confidencial ¿no?
Ann pareció convencerse aunque no demasiado con la respuesta que le había dado Tom a si que continuó.
-Solo quería que supieras que no fue culpa mía lo que sucedió aquella noche. Ese hombre que nos fotografió no tiene nada que ver conmigo. Él hizo las fotos y las publicó, no yo y además yo solo quería estar contigo en aquel momento. Y hoy solo quería pedirte una segunda oportunidad porque cuando todo acabó me di cuenta de que te quería de verdad.
Tom se quedó callado, sin moverse. No solo no se acababa de creer ni una sola palabra sino que encima quería parecer ella la víctima y intentar hacerse la tierna para que volviera con ella. En ese momento a Tom lo único que se le ocurrió fue mentir para que le dejara en paz aunque no sin antes expresar todo lo que le quería decir a esa arpía.
-Bien que te aprovechaste de aquella situación. Anda que no te pago bien ese tío para que parecieras mi novia. Y gracias a esto tuviste fama y dinero haciendo creer a todos que tenías una relación conmigo.¿Qué pasa ahora?¿Ya se te a acabado el dinero?¿Ya no hay nadie que crea tus mentiras? Todas nuestras fans te odian y eso te da igual.-y bajando un poco la voz dijo- Tú no me quieres. Tú quieres más dinero y volver a tener tu ratito de fama. Pero llegas tarde guapa porque ya tengo novia.-dijo para sorpresa de la chica.
Dirigió su mirada hacia la primera chica que encontró, que fue Kat. Se acercó a ella y le guiñó un ojo para que le siguiera el juego. Kat odiaba tanto a Ann Katrin que no le importó hacerle ese favor a Tom sin pensar en lo que estaba haciendo, solo soltando la rabia que sentía hacia aquella persona. Ann se dio la vuelta hacia ella y la miró de arriba abajo con asco. Alice se quedó alucinada al ver como Tom le pasaba un brazo alrededor de la cintura a su amiga y con disimulo, les hizo una foto.
-¿Ella es tu novia?-preguntó sarcástica Ann ocultando su enfado.- Vaya, pues si que has empeorado tu gusto en estos últimos meses. No me lo creo Tom. Hasta un mono tiene mejor gusto que tú.
Kat se ofendió pero sabía que Ann quería provocarla porque tenía envidia de ella y quería a Tom a toda costa.
- Cualquier chica se haría pasar por tu novia encantada. Eso no demuestra nada-sentenció.
-¿Entonces que quieres que haga para que te convenzas Ann?-Agarró más fuerte a Kat, metiéndose totalmente en su papel.
-Bésala.
Tom se quedó paralizado. Kat era guapa pero nunca había besado a una chica sin antes insinuársele un poco y estar convencido de que no le rechazaría pero no tenía otra salida. Aquella chica era muy calmada y no se imaginaba dejándole en ridículo delante de tanta gente. Se encontraba entre la espada y la pared. Si no hacía lo que Ann le pedía- un simple beso que no significaba nada- no le dejaría en paz y sabía que tenía poder sobre él aunque no se hubiera dado cuenta aún. Si solo la besaba se olvidaría para siempre de él o al menos hasta dentro de mucho tiempo, suficiente como para escapar cuando volviera a presentarse. A su vez, Alice estaba anonadada. Su amiga siempre había tenido mucha suerte pero nunca tanto como esa vez. No se la notaba nerviosa en absoluto o al menos eso parecía.
Tom miró a Kat a los ojos y fue acercando poco a poco sus labios a los de ella. Fue un beso dulce pero corto. Kat estaba relajada y se sentía segura mientras que Tom saboreaba sus labios que tenían un tacto suave y perfecto. Se dejó llevar por su sabor, entregándose a ellos hasta que finalmente se separaron. La miró con entusiasmo fijándose en todos los detalles de aquella chica. Nunca hubiera sido capaz de fijarse tanto en ella sino hubiera sido por Ann. Fijó la vista de nuevo en sus labios, deseando besarlos de nuevo con una intensidad nueva para él, diferente a todas las anteriores, que lo atrapaba como una droga y lo volvía loco. Ese beso no había sido como los otros que había tenido por muy buenos que fueran. Ese había sido especial... Había sentido como ella también se había entregado a él de manera diferente a las otras chicas y Tom no podía averiguar porque se sentía tan... ¿infantil?¿indefenso? No sabía explicarlo pero sentía la necesidad de descubrir que era lo que había en ella que tanto lo desconcertaba.




CAP 7




Alice estaba tan alucinada con lo que le estaba pasando a su amiga que se olvidó de hacerle otra foto. Ann estaba igual que Alice pero se resistía a creerlo. No podía ser cierto que su Tom tuviera una novia formal. No se lo creía.
-¿Cómo se llama tu amiga?-le preguntó una voz en susurro a Alice muy cerca de su oído.
La chica se dio la vuelta y se topó con el rostro de Bill, perfecto que le sonreía con unos dientes blancos y brillantes tan perfectos como su rostro.
-K..K...Katherine-dijo tartamudeando en el oído del chico.
Él le guiñó un ojo y se adelantó para saludar a su hermano gemelo.
-Hola Tom. No sabía que habías venido con Katherine.-saludó y se dirigió a la muchacha tan sonriente como siempre.-¿Qué tal estás, Kat?
Ella respondió a su saludo.
-Tío te necesitamos un momento. David nos quiere decir algo.
Como Tom no soltó a Kat y se fue con ella, a Bill le pareció de mala
educación dejar a Alice sola, a si que la cogió de la mano y la llevó con él.
Los cuatro muchachos y las dos chicas se reunieron con David en la salida trasera del hotel.
-Bien chicos, escuchad: voy a ir por ahí a tomar algo con alguien. Necesito que os quedéis hasta que se vayan todas como estaba previsto pero en especial quiero que no perdáis de vista a estas dos chicas.-les enseñó la foto de Alice y Katherine que Claude le había enseñado.
-¿No son ellas las dos chicas de esta foto?-aventuró Gustav en susurro.
Los cinco chicos miraron a Alice y a Katherine que estaban juntas unos metros más allá, comparándolas con las de la foto. Finalmente David asintió.
-Mira por donde, son ellas. ¿Qué hacen aquí? Bueno ahora no tengo mucho tiempo... he dejado a la madre de una de ellas esperándome-esto último lo dijo susurrando aun más.- Ya me contareis. Adiós.
Gustav volvió rápidamente al meeting a por más aperitivos y Georg lo siguió. Tom se volvió hacia Katherine.
-Siento lo que a pasado ahí fuera con Ann. Gracias por ayudarme... Katherine. Sino no me hubiera dejado en paz durante mucho tiempo aunque creo que no se dará por vencida tan pronto y con tanta facilidad. Menos mal que Bill a aparecido en el momento justo. Supongo que te has ganado el regalo que teníamos preparado. Creía que nos iba a costar más decidir quien sería la afortunada.-dijo tratando de parecer interesante.
-Ella ha sido la que me ha dicho como se llamaba tu novia Tom. A si que también se merece el “premio” digo yo. Por cierto, te llamas...-dijo Bill
-Alice-contestó ella y a Bill le cambió repentinamente la expresión de la cara por otra más asombrada dejando de sonreír.


No era el bar más lujoso de la ciudad ni el más caro pero si era acogedor y tranquilo. Un camarero de pelo canoso y ojos achinados se acercó a traerles las bebidas que habían pedido a una de las mesas más alejadas de un grupo de jóvenes que celebraban una despedida de soltero y que ocupaban gran parte del local. Aparte de estos, había dos mesas más ocupadas pero el camarero se acercó a la de David y Claude a servirles.
-¿Y a ti que te pasó?-preguntó Claude para cambiar de tema y saber más de aquel hombre. Él la miró con indecisión sin saber si responder o no a su pregunta que por supuesto, tenía una dirección muy clara.
-Verás...mi novia me dejó.-comenzó y Claude se arrepintió de hacerle recordar aquella situación pero él siguió hablando decidido a contarle todo.-Estábamos comprometidos pero ella decidió que no pasábamos demasiado tiempo juntos y me plantó en la calle quedándose con mis cosas: mi dinero, mi ropa, mis muebles, la casa que compartíamos... Fue el mismo día de nuestra boda, delante de todos para ser el centro de atención y aprovecharse lo máximo posible de la situación.
Claude se mordió el labio inferior, arrepintiéndose de haber preguntado y quiso hacer algo para darle apoyo a David pero unos segundos después, él volvió a hablar.
-Por eso cuando me recuperé, me di cuenta de que había perdido mucho el tiempo por una tontería, por alguien que no me merecía ni estaba hecho para mí y decidí que no quería que nadie sufriera por cosas que no tienen sentido.
Aunque solo le había contado parte de la verdad, no quería narrar todos los detalles de lo que le pasó hasta no haberla conocido mejor. Con eso era suficiente por el momento. Quizá ella todavía no se había dado cuenta de que él era el productor del grupo favorito de su hija pero no hacía falta que lo supiera justamente en ese momento y ella, arrepentida, dejó pasar el tema y dirigir la conversación a otro punto menos doloroso.


El regalo sorpresa debía hacerse por sorteo por lo que tuvieron que arreglárselas para no meter la pata. Los camareros repartirían, supuestamente a boleo, los sobres a las chicas y dentro habría dos tipos de regalo.
Todas las fans fueron abriendo el suyo y encontrando tarjetas en las que se regalaban distintos objetos del grupo como dvd’s, cd’s, pósters, sábanas, cojines, tazas, relojes, mp3, ropa etc.
Dentro de los sobres de Alice y Katherine no había un regalo de ningún producto de Tokio Hotel, sino una invitación para pasar todo un día con el grupo.
Una chica de pelo castaño y ojos oscuros se acercó a las dos chicas.
-¡Hola! No esperaba encontraros aquí. ¿Dónde estabais? Bueno da igual.¿Habéis visto lo guapo que está Tom? Nunca imagine que fuera tan perfecto. Es la primera vez que lo veo en persona.-exclamó emocionada Gabi, una de las pocas amigas del instituto que tenían que también eran fans de Tokio Hotel hasta la muerte.
Era alocada pero divertida y siempre estaba sonriendo aunque a veces, cuando se enfadaba, tenía mal carácter.
-Voy a ver si le digo algo ahora que no está tan agobiado. Por cierto, ¿qué os a tocado en la tarjeta? A mí un cojín. No está mal porque no tenía ninguno.
Y dicho esto se alejó sin esperar una respuesta hacia Tom dejando a las dos chicas entre las otras fans.

Esa misma noche, horas más tarde, cuando todas ya se habían marchado entre sollozos y abrazos y los Tokio se habían despedido hasta el día siguiente con besos para Alice y Katherine, estas se encontraban sentadas en sus respectivas camas, juntas en el mismo cuarto, con la luz apagada para que nadie notase que seguían despiertas, hablando en susurros sin poder conciliar el sueño. La emoción de lo ocurrido hacía apenas unas horas antes comenzaba a surgir... y los ojos de Kat se humedecieron de forma inevitable. Hasta ahora no se había dado cuenta de que lo que había vivido era lo más maravilloso, increíble y fascinante que le había pasado en toda su vida y ahora lo recordaba como si fuera un precioso sueño que no volvería a repetirse porque la chica que seguía acosando a Tom ya le había dejado en paz gracias a ella y eso la llenaba de alegría por una parte y tristeza por otra.

Lejos de allí, en una casa particular muy grande, otras dos personas situadas enfrente de la enorme pantalla de televisión veían una película de acción no podían conciliar el sueño. Bill estaba sentado con las piernas cruzadas sobre uno de los sofás con un cubo medio lleno de palomitas y Tom a su lado, ocupando otro sofá, tumbado boca arriba cuan largo. Los dos miraban con ojos vacíos la pantalla sin importarles el transcurso de la película.
-Esto... Bill.-llamó el mayor cambiando de sitio la mirada hacia el techo blanco.- he estado pensando en Kat... y estoy hecho un lío. Aquel beso... fue distinto a todos los demás que he tenido en mi vida. No se por qué. Pero quiero averiguarlo.
Pero Bill no le estaba escuchando, sino que tenía la mente en otro punto y seguía con la mirada perdida. Ya ninguno de los dos notaba que la película seguía puesta.
“Esa chica era... Alice. La Alice que conocí hace mucho tiempo en el colegio. Pero ahora es muchísimo más guapa... No puede ser ella. Eso fue cosa del pasado. Pero ¿y si es ella? ¿Me habrá reconocido?...” los pensamientos de Bill iban a toda velocidad, formulando preguntas a lo loco, a veces sin sentido.
Su hermano se dio cuenta de que no le escuchaba; que su mente estaba en otro lugar fuera de aquella habitación, y no volvió a insistir más. Ya había dicho lo que quería decir en voz alta y se sentía un poco más ligero. Al fin y al cabo no era amor lo que sentía. Él no creía en esas tonterías. Eso esa para débiles y estúpidos que querían mantener por la fuerza a otra persona a su lado porque se sentían incapaces de vivir por su cuenta y les daba miedo quedarse solos.







CAP 8






Alice entreabrió los ojos para ver la hora y volvió a dormirse. Pasados dos minutos volvió a abrirlos sobresaltada. Despertó a Katherine que se alarmó al ver a su amiga tan alterada. Hablaba rápido como de costumbre cuando estaba nerviosa o enfadada y casi no entendía lo que decía:
-¡Tenemos que estar allí en un cuarto de hora!¡No nos da tiempo!-gritaba.
Salieron media hora más tarde. Se habían peinado y maquillado por encima y se habían puesto el primer trapo que habían encontrado. Alice un pantalón pirata vaquero y una camisa de manga corta con un poco de escote negra con una enorme cruz en el centro blanca del hard rock café y Katherine unos vaqueros pitillo y una camisa negra que se había comprado como recuerdo cuando estuvo con su familia en Paris.

El tiempo corría y las dos muchachas llevaban veinticinco minutos de retraso. La entrevista con Tokio Hotel para la revista Black! Iba a comenzar pero si ellas no aparecían se lo perderían y no podían esperarlas mucho más tiempo pero Bill se negaba a comenzar la entrevista sin ellas. Esperaron pacientemente durante cinco minutos más y al ver que no aparecían, Saki, uno de los guardaespaldas que le tenía mucho aprecio al grupo, se enfureció y los obligó a pasar a la sala donde la reportera los esperaba. Dejaron los dos pases de las chicas en manos de otro segurata que custodiaba la puerta para que ninguna de las alocadas fans del grupo irrumpiera en su trabajo que se los daría a las chicas cuando aparecieran. Mientras caminaban por el pasillo, Saki iba refunfuñando representando un monólogo:
-Mira que hacer esperar a los Tokio...¡como si ellas fueran las importantes aquí! No se merecen el premio. Maldita sea, no podía haberle tocado a otras chicas más puntuales no. No las conozco siquiera pero ya están causando problemas. No deben de ser unas personas muy normales. No se merecen el premio. ¡No se lo merecen!...
-¡¡Saki!! .- gritaron los cuatro chicos a la vez haciendo callar al hombre pero él seguía discutiendo en voz baja consigo mismo como si así pudiese arreglarlo.
-¿Dónde está Ann? Venía con nosotros hace un rato.-preguntó Georg preocupado.
-Tranquilo Romeo, creo que Julieta ha ido al servicio un momento.-respondió Gustav sarcástico.
Georg le dirigió una mirada amenazante para que se callara. Desde que Tom había leído en su diario que estaba loco por esa chica rubia no dejaban de meterse con él. Pero al fin y al cabo era Tom y sería raro en él que no hiciese ese tipo de cosas.

De entre el grupo reducido de fans que se agolpaban a la entrada, surgieron Alice y Katherine exhaustas por haber corrido tanto. Los guardaespaldas las pararon para que se identificaran pero no las dejaron pasar. Detrás del hombre más musculoso apareció Ann.
-Ella.- dijo apuntando a Alice.- es la que estábamos esperando pero la otra no pinta nada aquí.-mintió
-Eres una embustera. Sabes de sobra que yo también puedo pasar porque anoche me tocó el premio.
Pero el segurata salió en defensa de Ann.
-Pues entonces vete con las otras fans que dicen que también recibieron dicho premio. Solo nos faltaba una y ya está aquí y me parece fatal que por que ella sea tu amiga pienses que tienes derecho a ver a Tokio Hotel.
-Yo que tú miraría a ver si se te ha colado una que dice ser mi amiga y no lo es porque yo vi como a ella le tocaba la misma invitación que a mí y cualquiera de los Tokio te lo puede asegurar.-dijo Alice en defensa de su amiga.
-Mira rica, no me digas como tengo que hacer mi trabajo y entra antes de que me arrepienta y te deje a ti también aquí afuera con tu amiguita no vaya a ser que se sienta muy sola.
Katherine paró a Alice que iba a replicar de nuevo pero era mejor que no perdiera esa oportunidad por culpa de ella y le indicó que entrara y que no se preocupara, que ya vería ella la forma de poder pasar. Con mucho pesar Alice entró con Ann hasta la sala en la que entrevistaban a los chicos.
-Eres una embustera, una arpía y una mala persona ¿lo sabías?-discutió Alice.
- Te advierto mocosa que soy mayor que tú y que no te gustaría unirte a tu amiga allí afuera porque puedo hacerlo si me da la gana. ¿No querrás que te haga la vida imposible no? Mejor porque ya verás lo que le pasa a tu amiga como no se aleje de Tom.
Siguieron las voces de la reportera hasta llegar a donde se encontraban pero las obligaron a quedarse en el marco de la puerta para no interrumpir.





CAP 9






-...de vuestro primer debut en 2005?
Tom le dio un codazo a Bill que estaba distraído desde que Alice había aparecido, con una sonrisa igualmente en las nubes, pero fue Georg el que contestó a la reportera tratando de dar un toque sofisticado a su respuesta para impresionar a Ann.
-Si bueno, nosotros nunca imaginamos llegar tan alto. La música siempre a sido nuestra vida. Lo hacemos porque nos gusta y no porque sea nuestra profesión.-dijo dirigiéndole a Ann una mirada por el rabillo del ojo.
Alice se sentó en el suelo, sin escuchar la entrevista pensando que Katherine estaba fuera, sin poder pasar. La ausencia de la joven no pasó desapercibida por Tom que le dirigió una mirada a Bill para que también se diera cuenta.
Necesitaba salir de allí para buscarla, para saber que le había pasado y porqué no estaba con Alice pero no se le ocurría cómo sin levantar sospechas. Su gemelo pareció comprender su situación y se le ocurrió una idea para lograr que se ausentara durante bastante tiempo para poder encontrar a Kat.
-¿Le apetece un chocolate?-preguntó a la reportera interrumpiéndola de repente y sin esperar a que contestara cogió un chocolate que había en una mesa del fondo de la sala y pasó por delante de su hermano para entregárselo y, haciendo como si hubiera sido un accidente, se lo tiró encima manchándole la camisa y los pantalones.
-Joder Tom. Me he tropezado contigo. Como siempre estás sentado de esa forma con las piernas estiradas pues no me he dado cuenta. Lo siento tío. Ahora tendrás que subir a cambiarte.
Tom se levantó y se marchó a toda velocidad arrastrando disimuladamente a Alice con él. Cuando estaban fuera de la vista de todos (en la habitación de Tom) mientras este se cambiaba de ropa en el baño le preguntó a Alice con preocupación por su amiga.
Ella se apresuró a contarle lo que les había pasado cuando iban a entrarlas dos juntas y a Tom le vino una idea a la cabeza; debía de haber sido cosa de Ann que había planeado todo aquello y que había sobornado al segurata.
-Está bien Alice. Vamos a hacer una cosa. Voy a bajar contigo hasta la entrada pero no pueden verme, porque entonces se va a armar y le diré al segurata que te deje entrar con ella. Yo me iré para que no vean que me he ido por esto y cuando la encuentres volvéis ¿vale?
Alice asintió y bajaron para cumplir su plan. Tom hablaba con el segurata y mientras Alice buscaba a Kat, que escuchó la llamada de su móvil y fue cuando vio a su amiga. Tom ya cruzaba la esquina para reunirse con los demás cuando volvió a oír que las dos muchachas discutían con el segurata.
-Chicas, volved con las otras fans si no queréis que use la fuerza contra vosotras. Habéis estado a punto de que me echen pero ya no podéis hacer nada por que el rastafari se ha ido y no os puede ayudar. ¡Que pena!- discutió el hombre.
-¡¿Pero es que no has escuchado a Tom gorila?! Yo y mi amiga tenemos que pasar.- se defendió Alice pero no hacía falta porque el guitarrista ya se encontraba con ellas y las ayudó a entrar pero se adelantó para no levantar sospechas. Ya estaba tardando demasiado.
-Buenas, ya estoy aquí. ¿Qué me he perdido?
-Has tardado una eternidad tío. ¿Qué estabas haciendo?.- se apresuró a preguntar Georg pero Tom ya tenía una respuesta preparada a si que no se sorprendieron cuando dijo:
-No pretenderás que baje sin estar perfectamente presentable para este monumento que luego quien sabe si la invitaré a cenar algún día o a otra cosa.
Lo dijo mirando a la reportera de arriba abajo pero sin que esas palabras significaran nada para él. La mujer era normalita: pelo largo castaño, ojos marrones oscuros y figura de gimnasta pero no le atraía lo mínimo y eso lo inquietó.
La entrevista continuó sin ningún otro percance durante un cuarto de hora más, esta vez con las dos jóvenes presentes al final de la sala. El equipo de la revista dieron las gracias al grupo, les hicieron regalos de publicidad de su revista y se hicieron fotos con ellos.
A continuación se marcharon dejando atrás a los chicos y a todos sus espectadores.
-Muy bien. Prestadme atención las cuatro.-pidió David Jost dirigiéndose a las ganadoras de las invitaciones mientras el grupo se marchaba y los guardaespaldas recogían las cosas.- Ahora iremos a una sesión de fotos en la que podréis participar... y grabarán un nuevo episodio de Tokio Hotel TV que ya sabéis que lo podéis ver en youtube. Ya tenemos una parte grabada desde ayer hasta ahora pero lo completaremos esta noche. Os llevareis un bonito recuerdo de ellos y después terminará todo.
Caminaron detrás del grupo resguardado a todas horas por los guardaespaldas hasta el autobús que las esperaba en la puerta trasera como siempre para que nadie los vieran y se agolparan encima de ellos. Aparte de Alice, Katherine y Ann había otra chica a la que, suponieron también le había tocado la invitación. Era delgada unos centímetros más alta que ellas con una melena lisa castaña clara con reflejos rubios que le rozaba los hombros. Tenía una cara agradable y unos ojos marrones muy vivos.






CAP 10




Los Tokio, su equipo y las ganadoras del premio subieron al autobús. Cada uno de ellos ocupó un asiento en la parte trasera de este menos Ann que no tardó mucho en quitarle el sitio a Kat y ponerse junto a Tom por lo que la chica, despachada ocupó el asiento contiguo al de ellos sin protestar por lo tímida que era. En verdad Tom no era su novio a si que no tenía porque estar celosa de esa niñata malcriada y consentida aunque sus sentimientos hacia el guitarrista habían cambiado desde que la besó en el meeting pero seguía pareciéndole un chulo y un engreído. Bill se había reservado el asiento central del fondo, en diagonal a su hermano gemelo y a Kat. A su lado, Georg iba medio de pie tratando de llamar de vez en cuando la atención de Ann que intentaba acercarse lo más posible a Tom. Delante de Kat iba Alice; enfrente suya la chica con el cabello castaño que miraba a Tom maravillada y entre ellas, y sentado en el suelo para no quedar demasiado apartado del grupo, Gustav que de vez en cuando cambiaba de postura o se sentaba en otro asiento.
Ann trataba de convencer a Tom para que volviera con ella sin rendirse pero él seguí rechazándola siempre.
-¿Porqué no te tiras a Georg, que está loquito por ti?- acusó Tom metiéndose con él.
-Porque yo se que tú lo que quieres es un calentón y yo puedo dártelo mejor que esa novia tuya de pacotilla que todavía no me creo que estéis juntos. Pero no pasa nada porque no te va a durar más de una semana. Te apuesto una noche de sexo.-dijo insinuándose Ann.
-Normal que no te creas que están juntos Ann. No les dejas.-criticó Bill intentando que las palabras que había dicho fueran menos dañinas.
-No sé que le ves al rastas que no tenga yo. Tengo más músculos que él y estoy mejor dotado.- alardeó Georg devolviéndosela a Tom.
-¡Eso no te lo crees ni tú! ¿Quién puede asegurarlo? ¿Si quiere volver conmigo será por algo no? Pero se va a quedar con las ganas porque no me gusta repetir viejos errores.-contradijo Tom.
David Jost se acercó a ellos desde el otro extremo del autobús.
-Quiero avisaros de que primero iremos al estudio para que lo vean las invitadas y para comer y más tarde a la sesión de fotos.-informó cortando la pelea de broma entre Georg y Tom. Este último se hartó de su compañera y fue a sentarse con la que supuestamente era su novia. La rodeó con un brazo y la besó para dejarle claro a Ann que ni tenía nada que hacer con él. Sintió que aquel beso era mucho mejor que el primero. Quería lanzarse a ella allí, en medio de todos y entregarse completamente y como nunca lo había hecho a aquella chica que lo seducía como una sirena. Alguien les silbó y Tom se encontró a si mismo embobado de la misma manera que Jenny entre otras se quedaba mirándole a él.
-No presumas tío que los demás estamos solteros.-le regañó Gustav.
Se hizo un silencio un poco incómodo ya que ninguno de los allí presentes había visto jamás a Tom comportándose de aquella manera, silencio que fue roto- con alivio para todos y sobre todo para Tom- por Bill.
-Vosotras estáis muy calladas ¿no?.- se dirigía a Alice y a Jenny pero sobre todo a Alice.
-Es verdad pero es que como empiece a hablar no me para nadie.- rió Jenny que era lo único que se le había ocurrido decir.
Tom la miró tratando de apartar la vista de Kat y centrarse en otra cosa.
-¿No te para nadie? Espero que seas así en todos los aspectos, ya sabes a qué me refiero.-le dijo guiñándole un ojo y antes de que nadie le pudiera echar en cara su comportamiento (aunque Kat era demasiado tímida como para hacerlo) Bill se apresuró a cambiar de tema.
-Alice tú aún no has dicho nada. Dime, ¿quién te gusta más de los cuatro?
Alice se había puesto roja, lo notaba. No le salían las palabras. Le hubiera gustado decirle que él era la persona más importante para ella porque gracias a sus canciones había hecho que se animara en los peores momentos o cuando su madre llegaba a casa con el corazón destrozado y sentía que no tenía fuerzas y a veces incluso ni ganas para ser fuerte por las dos y seguir adelante. Pero en vez de eso, Tom se adelantó a ella.
-Le gusto yo más porque soy el mejor y con diferencia el más guapo. No hay más que veros a vosotros para saber eso.-bromeó.-¿A que sí Alice?
Bill se quedó esperando intrigado la respuesta de la muchacha pero la voz de David Jost interrumpió de nuevo su conversación para hacerles ver que ya habían llegado al estudio y todos fueron bajando del bus olvidando que la chica tenía que responder aunque daban por seguro que la respuesta sería afirmativa. Bill fu el último que bajó esperanzado porque Alice desmintiese la afirmación de su gemelo pero no ocurrió.





CAP 11




El estudio era un edificio grande, no tan espectacular como las chicas se creían. Allí el grupo contaba con una sala para grabar la música de la guitarra pero sobre todo de la batería de Gustav y preparaban sus conciertos, la dirección un poco más adelante donde escuchaban las canciones completas y juzgaban si eran buenas o no, el despacho donde tomaban las decisiones importantes, mandaban e-mail... y la cocina, su sitio favorito. En el piso de arribáoslo había un cuarto donde Bill grababa su parte y escribía las canciones y dormitorio-apartamento donde normalmente vivían.
Las invitadas no pudieron ver el dormitorio; eso era más privado pero fueron guiadas por todas las demás habitaciones detrás del grupo que inmediatamente se puso a trabajar. Cada uno de ellos estuvo acompañado por una de las chicas para no dejarlas solas ya que el premio consistía en estar con ellos y no en otra habitación aparte aburridas.
Georg ya tenía preparada su parte con el bajo y se dedicó a ver a ver el correo y a contestar a las cartas que le mandaban sus fans. Gustav se fue a practicar con su batería con Tom a su lado trabajando con su guitarra y Bill se subió a componer una canción al piso de arriba. Por supuesto Tom tiró de Kat para que Ann no sospechara pero esta no fue tonta y se pegó a Gustav que sabía que estaría cerca de Tom. Bill se acerco a Alice con su sonrisa radiante que derretía a cualquiera le ofreció acompañarle arriba si le parecía bien (cosa que no dudo ni un minuto) y Georg que estaba entretenido no tuvo problema con estar con Jenny que le parecía una chica muy guapa y simpática aunque le hubiera gustado más estar con Ann. Estarían así juntos hasta que llegaran las pizzas que habían pedido; comerían y se marcharían a la sesión de fotos prevista.
Georg y Jenny se lo estaban pasando bastante bien contestando a las cartas de las admiradoras del grupo. Jenny, con la supervisión de Georg escribía los mensajes haciéndose pasar por los chicos; a veces era Tom, otras Bill, Georg o Gustav. Los dos conectaron muy bien al instante.
Tom tocaba la guitarra sentado cómodamente en un sillón, con Kat al lado y Ann intentando provocarle un poco más allá. Esa rubia tonta había dejado de parecerle tan atractiva y no era porque no le gustaran las chicas guapas y rubias con esa preciosa melena como aquella sino que había caído muy bajo viniendo arrastrándose para pedirle otra oportunidad. Ella seguía intentando excitarle ajustándose la camiseta escotada para que se le vieran más las tetas, mordiéndose el labio inferior mientras le echaba miradas o jugando con su larga y dorada melena.
-¡Kat!-la llamó Tom.-¿Te apetece tocar un poco la guitarra conmigo?
-Esto... es que no sé tocar la guitarra,.contestó la muchacha avergonzada.
-No te preocupes, yo te enseño un poco.
La atrajo hacia él, se abrió de piernas y la sentó en medio, delante suyo, acercando su boca a su cara. Cogió sus manos entre las suyas y las colocó en la guitarra de forma que la mano derecha formara un “la menor” y fue guiando la otra para tocar los primeros acordes. Al principio todo iba bien, pero cuando tuvo que cambiar a otra nota se confundió, como era normal en una novata, y perdió el ritmo. No era un instrumento fácil de controlar aunque ella normalmente entendía las cosas fácilmente y aprendía con rapidez. Tom la ayudó; él cambiaría de una nota a otra y guiaría a Kat para tocar un poco. Gustav los miraba con cariño porque Tom nunca había hecho eso con ninguna otra chica. Para él, el sexo era lo más importante que veía en las admiradoras que se llevaba a la cama y a la mañana siguiente todo había acabado y volvía a llevarse a otra chica distinta a la cama lo más pronto posible. Esta vez notaba a Tom diferente. Se reía con ella no para ligársela (que supuestamente ya lo había hecho) sino porque le gustaba estar con ella. Se divertía; parecía feliz con aquella chica en sus brazos y la trataba con dulzura y cariño sincero. Kat se había vuelto hacia Tom, dejando la guitarra a un lado. No paraba de meter la pata con cada nota que intentaba aprender.
-Déjalo ya Tom, sabes que no sirvo para esto.- decía riendo acercando su cara a la de él hasta que sus frentes se juntaron.
-Es verdad. Eres una patosa.- bromeó Tom con ternura y la besó apasionadamente durante un largo rato dejándose llevar por la pasión.
A Ann todo esto le parecía un cachondeo. Odiaba la escena que estaba montando su ex delante de ella para dejarla en ridículo y lo estaba consiguiendo. Se sentía estúpida pero aun no estaba derrotada. Tenía varias ideas que podía utilizar en contra de aquella pareja y lo que ella quería, siempre lo conseguía.



CAP 12






En el cuarto de arriba, Bill trabajaba en una canción nueva. Era nueva porque aunque estaba ya escrita en alemán ahora la estaban traduciendo al inglés para que en los lugares donde la gente no sabía hablar en alemán pudiera cantarla con ellos en los conciertos y entender mejor el significado de la letra. El cantante tarareaba la letra como él la imaginaba pero no acababa de gustarle del todo. Faltaba sentimiento; algo que era muy importante que tenía que expresar de alguna forma pero no lo conseguía. Aunque su inglés era bastante bueno y él ya hacía las letras a su modo, esta vez no encajaba bien en la melodía. Se estaba comiendo mucho la cabeza y le iba a estallar como siguiese así. A su lado, Alice trataba de ayudarle. Miraba por encima del hombro de Bill de reojo tratando de encontrarle alguna solución al problema.
-¿Porqué en vez de poner “try to go in your own way” no pones por ejemplo “try to continue, to forget us”? Queda mejor ¿no crees?-le aconsejó refiriéndose al estribillo un poco tímida por si su idea no acababa de gustarle.
Él cantó el párrafo entero para ver como encajaba la idea de Alice y vio por el rabillo del ojo cómo se iluminaba su mirada al verle cantar. No había olvidado aquella mirada que tanto le gustaba.
-Me gusta como queda. Se te da bien esto de traducir.
Le dedicó una de sus sonrisas tan dulces que hacían que el corazón de Alice latiera a cien.
-¿Qué me dices de ésta frase?-apuntó a una que decía “don’t follow me anymore”
Alice examinó la frase, tarareó la canción en inglés y al final dijo:
-Es más bonito decir “and we can’t see us anymore”. Le da un sentimiento de dolor al amarla y no poder estar con ella.-concluyó con satisfacción.
-¿Quieres que la cantemos juntos?-le propuso Bill.
-No...no se me da muy bien cantar.-repuso ella ruborizada aunque fuera verdad y Bill era un cantante profesional.
-Entonces te la cantaré yo.
Y Alice sintió que su corazón latía más rápido aun que antes casi sin poder sentirlo dentro de ella, y él comenzó a cantarle la canción desde el principio.
Days go by
without being there
everything was good
everything me and you
go, go

we didn't know what to do
the whole time pretend
could it go further
everyone calls if we're seen
go, go

GO!
Leave us behind you and me
Try to understand me
We can't ask why anymore
Try to continue to forget us
To us we see it going down
and we can't see us anymore
GO, GO~

go...
Do it for you and me
I couldn't do it
I had no bravery
everything you and me
go... go...

Days go by
without being there
Your promises come to me
too far away from you
go.... go...

GO!
Leave us behind you and me
Try to understand me
We can't ask why anymore
Try to continue to forget us
To us we see it going down
and we can't see us anymore
GO, GO~

I break the light
The shadows cry for me
I can't see us
Every shadow cries for me
for me
The shadows cry for me

Days go by
without being there
That's all that's left of us
if you go
if you go now

Leave us behind you and me
Try to understand me
We can't ask why anymore
Try to continue to forget us
To us we see it going down
and we can't see us anymore
GO, GO~


Alice escuchaba entusiasmada la canción que le estaba cantando su cantante favorito. Cada palabra que salía de sus labios, cada sílaba, cada frase cobraba un valor incalculable y sentía que no había nada más hermoso en todo el mundo que aquella canción que compartían juntos y que le dedicaba. Amor, felicidad, alegría, ternura, pasión... aquellos sentimientos se agolpaban en su mente llenando su corazón y produciéndole una felicidad que no había tenido desde hacía mucho tiempo. Se estaba dando cuenta de lo mucho que amaba a aquel chico y lo único que en ese momento la entristecía de forma menos intensa era que sabía que él no la amaba a ella de la misma forma.
Terminó de cantar la última frase y el cuarto quedó en silencio.
-¿Y bien? ¿Qué te ha parecido?-quiso saber Bill.
-Me ha encantado.-contestó Alice verdaderamente emocionada.
-¿Qué canción es tu favorita?-le preguntó Bill son su típica sonrisa que la derretía.
A Alice le costó decidir cual le gustaba más de todas las que Tokio Hotel había compuesto. Una de sus favoritas era la de “totgeliebt” pero desde siempre la que más escuchaba era la de “wenn nicht mehr geht”. Tenía algo familiar que significaba mucho para ella pero no entendía porqué. Era una canción que destacaba sobre las demás.
-¿De donde sacas todas esas ideas para escribir tus canciones? Quiero decir que vuestra música se acerca mucho más a como sentimos las adolescentes que otros grupos que intentan expresar los mismos sentimientos.
-Gracias. Será porque nosotros también somos adolescentes. Cada uno tiene una forma distinta de expresar lo que siente. Por ejemplo, yo me baso normalmente en cosas que me han pasado alguna vez en mi vida. Cuando era pequeño todos me evitaban por ser como soy, por ser diferente a los demás y tener mi propia personalidad y gustos y aunque me daba igual sientes que eres rechazado por todos pero sé lo que quiero y nadie puede decirme qué hacer con mi vida y además tengo a Tom que me animaba porque a él le pasaba lo mismo y nos gustaba fastidiar a los demás. Ahí me inspiré para escribir schrei.
Alice comprendía a Bill porque cuando ella era pequeña recordaba a otros chicos que hacían lo mismo. De eso hacía mucho tiempo y recordaba muy poco por no decir nada. Era una niña y entonces sus padres vivían juntos en Hamburgo.






CAP 13



-Cuando era pequeña tenía un amigo un año mayor que yo al que también le gustaba cabrear a la gente, sobre todo a sus profesores. Era muy divertido pero no le recuerdo. Mi madre me hablaba de él que era mi mejor amigo. A ella no tampoco le caía bien pero decía que pasábamos horas juntos, sobre todo cuando mis padres discutían. Parece ser que era mi ángel de la guarda.-explicaba la chica con cariño.
La expresión de Bill volvió a cambiar radicalmente como si hubiera dicho algo malo.
-¿¡Cómo puede ser que te hayas olvidado de él!? Nunca se olvida al mejor amigo que se tiene en la vida. Yo nunca te he...¿No recuerdas siquiera su nombre?
Ella negó con la cabeza avergonzada aunque Bill ya sabía la respuesta. Pensándolo bien Bill tenía razón; ya tenía edad suficiente en aquella época para recordar algo que había sido tan especial en su vida. Entonces ¿porqué no lo recordaba?. Parecía que Bill se había disgustado un poco con ella pero no entendía porqué.
-Lo siento. Es que yo también tenía un amiga que lo era todo para mí y cuando se fue me dolió mucho y nunca más volví a saber de ella auque yo le enviaba cartas todos los días hasta que me di cuenta de que era inútil.-dijo decepcionado.
-Yo también lo siento. No sabía eso.
A si que ella no se acordaba de él; de todos los momentos que habían pasado juntos y de cómo la cuidaba cuando sus padres discutían en casa delante de ella. No sabía cómo se sentía. Le había entregado todo cuanto tenía y había sido en vano. No sabía que hacer. Quería una explicación por su parte pero no estaba seguro de que fuera una buena idea. Puede que ella no quisiera recordar por algo.
-¿Pasa algo malo?- preguntó la chica preocupada.
Decidió que ya que estaban solos podía decírselo:
-No Alice es que esperaba que... me recordaras.
Alice se quedó paralizada como si le hubiesen pegado una bofetada. La idea de que Bill había sido su mejor amigo de la infancia era imposible y la rechazaba involuntariamente. Había palidecido un poco. De repente acudieron a su cabeza algunos recuerdos aun borrosos.
-No es posible... Bill ¿cómo no me iba a acordar de ti? Has sido mi ídolo desde que te oí cantar por primera vez... o incluso antes.- enrojeció un poco odiándose a sí misma por el poco tacto que había tenido sintiéndose inferior.
Alguien llamó a la puerta interrumpiéndoles pero Alice lo agradeció sintiéndose aliviada. Era Georg que asomó la cabeza por la puerta y les avisó de que la s pizzas habían llegado y de que podían bajar cuando ellos quisieran. Georg se despidió de ellos dejándolos de nuevo a solas pesando que no tenía porqué haber interrumpido. Ninguno de los dos se atrevió a hablar de nuevo. Solo los pasos de Bill dirigiéndose hacia la puerta rompieron el silencio que seguía siendo incómodo para ambos.
-Bill...- Alice quería decirle muchísimas cosas a Bill empezando por una disculpa por haber sido tan tonta. El se paró pero no se volvió para mirarla a los ojos.- Siento no haberme dado cuenta en todos estos años de que eras tú pero...¿porqué no me llamaste ni me escribiste?
Se enojó por haber dicho esa tontería. Ahora si que parecía una estúpida. Bill se dio la vuelta y se dirigió hacia ella todavía molesto pero cuando habló, su voz sonó dulce y sin pizca de reproche.
-Pues claro que te escribía y no solo una vez al mes sino todos los días durante meses enteros. Y todos los días pasaba horas sentado frente a la ventana de mi cuarto esperando saber algo de ti. Cualquier cosa me hubiera bastado para saber que estabas bien y que me echabas de menos como yo a ti.
Alice le miró a los ojos devolviéndole la mirada. Estaban muy cerca el uno del otro.
-Cuando vi que no contestabas dejé de escribirte. Y ayer... cuando te vi sentí que aquella esperanza que murió conmigo cuando creí que te había perdido volvía a nacer y me sentí feliz pero no sabía como reaccionarias al verme y eso me asustó un poco. Por eso estuve muy raro anoche.
No hizo falta preguntar porqué Bill reaccionó así. Eso lo recordaban ambos perfectamente como si fuera ayer:
Se encontraban en un parque en el que solían jugar juntos. Por aquel entonces Bill tenía 7 años recién cumplidos y Alice uno menos. Alice le había citado allí con la explicación de tener que contarle algo muy importante y él había acudido a su encuentro corriendo. La vio sentada en el borde de una gran fuente central. El agua que esta expulsaba caía detrás de la niña provocando una visión de una muchacha con un vestido rojo de tirantes cuyo pelo castaño recogido en una coleta en la nuca resbalaba por uno de sus hombros y mirada triste brillando iluminada por el rocío de la fuente. “Esta guapísima”pensó Bill. Se sentó orgulloso junto a ella, dándole un beso en la mejilla al que ella respondió con un abrazo dejando que una lágrima resbalara por su cara borrando el tacto de los labios del chico cobre su piel. Le contó con infinita tristeza que sus padres habían decidido mudarse a vivir en Berlín para encontrar un mejor empleo y así intentar salvar su matrimonio. La decisión que la familia de la chica había tomado hirió al muchacho hasta lo más profundo de su ser. Se enfureció con la pequeña sabiendo que no era cumpa suya, que no podía hacer nada contra las decisiones de sus padres y la empujó con todas sus fuerzas dentro de la fuente donde la dejó y salió corriendo para no verla. Oía que le llamaba a gritos pidiéndole ayuda para salir pero él no reaccionó y siguió corriendo en sentido contrario. Se arrepintió toda la noche por lo que le había hecho a su amiga y al día siguiente volvió a su casa para pedirle disculpas... y a decirle que la quería y que no importaba la distancia que hubiera entre ellos porque la querría siempre y un día iría a buscarla y recuperar todo el tiempo que iban a perder juntos. Pero ella ya se había ido y nuca volvió a saber nada de ella ni de su familia hasta aquel momento.






CAP 14





Bajaron a comer con los demás a la cocina pero solo encontraron a Georg y a Jenny sentados uno al lado del otro devorando una pizza barbacoa con bordes de queso. Podían haber comido a solas en el cuarto de arriba pero prefirieron quedarse allí abajo para disfrutar de la compañía de los demás.
-¿Donde están todos?- se extrañó Bill.
-Están en la sala de los instrumentos tocando. Vendrán dentro de un rato.- contestó Georg con la boca llena y la comida resbalándose por los dedos.
La pareja se lo pasaba muy bien mientras comían, al contrario que Bill y Alice que se sentaron cada uno a ambos lados del dúo para así evitarse. No hablaron mucho durante la comida sobre todo Alice que era más reservada que el cantante.
-¿Pero que os pasa a los dos?- preguntó Georg molesto por la actitud de los dos.- Se suponía que a tite gustaba ella. Pues como no hagas algo se te va a escapar chaval ¡y es muy guapa a si que insiste un poco más, hombre!- se dirigió a Bill que siguió callado sin responder ni desmentir las palabras de su amigo.
Alice se asombró por las palabras de Georg y por un momento lo creyó de verdad pero en el fondo sabía que no podía ser cierto que a él le gustara. Georg no sabía nada de que habían pasado la mitad de su infancia juntos. Desde que Alice se enteró hacía unos minutos, sus sentimientos cambiaron respecto a Bill: antes le veía como a un famoso que lo único que le importaba era componer y cantar sus canciones pero ahora era un chico como cualquier otro aunque más guapo que ninguno (más incluso que Tom, pensaba) que perseguía su meta como muy poca gente hacía con la diferencia de que él iba consiguiendo sus propósitos hasta un punto que Alice ni siquiera sospechaba. Bill era un chico encantador pero su vida no solo estaba dirigida a la música, y el comienzo de su carrera tuvo que ver con ella.

La canción de “wenn nicht mehr geht” era la que le cantaba cuando estaba asustada, abrazándola y protegiéndola cuando sus padres los buscaban para separarlos después de que ella se escapara para estar a solas con él. La había compuesto y dedicado solo para ella. Por eso cuando le preguntó cual era su canción favorita lo había hecho con una segunda intención para que ella se diese cuenta de quien era en realidad. Su cambio de “look” también se debió en parte a ella. Cuando se separaron se sintió hundido y solo la compañía de su hermano gemelo le hacía seguir adelante para cumplir con su promesa. Cambió sus ropas de colores por prendas negras, maquillaje y accesorios con pinchos y tachuelas. Su pelo cambió de color a un negro azabache pasando antes por otros colores. Con el tiempo si hizo dos piercings, uno en la ceja derecha y otro en la lengua (aparte del que ya tenía hecho en el lóbulo derecho de la oreja cuando era más pequeño para distinguirlo de su gemelo) y tres tatuajes permanentes detrás del cuello con el símbolo del grupo, en la cadera en forma de estrella y en el brazo con la palabra “freiheit” y el número 89.
Muy poca gente sabía que la mayoría de las canciones que aparecían en su primer disco era dirigidas aquella chica. “Der lezte Tag” era una de ellas que expresaba su deseo de seguir con ella como si fuera su último día y vivirlo al máximo con ella, cosa que no pudo hacer. “Rette micht” cuando se sentía anclado en el dolor de su partida y solo podía salir cuando ella volviera. “Ich bin nicht ich” que pretendía hacer saber que él era realmente él cuando estaba ella y que ahora que se había ido no podía mostrarse de verdad. “Durch den monsun”… todas aquella canciones trataban de la misma chica. Eran canciones que creía que ella escucharía cuando se hiciera famoso y que harían que volviera junto a él de una forma u otra. Un simple pero trabajoso modo de intentar comunicarse. Y lo hizo. Y a ella se unieron miles de fans más. Nunca se olvidó de ella aunque su vida continuó y conoció a otras chicas que también formaron parte de su vida y su historia.
En ese instante llegaron Katherine de la mano de Tom, Gustav y por último Ann no muy contenta. Los cuatro se sentaron en las sillas libres, atacando las pizzas.
-Joder, no queda casi. Estabais muertos de hambre.- acusó Tom de broma como siempre.
-A sido Georg que come como un poseso.- continuó con la broma Jenny.
-¿Porqué te a dado a ti también por meterte conmigo? Será que tu no has comido también.
-Era broma. La culpa es de ellos por no haber venido a comer cuando tú les llamaste. Ahora como castigo os quedáis sin comer.- regañó en broma Jenny.
Kat se había sentado junto a su amiga. Ahora que se fijaba, la notaba un poco rara. En voz baja le preguntó qué le ocurría y aunque ella le contestó que estaba bien, no acababa de creérselo.
Con la excusa de no encontrarse demasiado bien, abandonó la cocina y salió fuera a tomar un poco el aire. Kat estaba preocupada por ella pero decidió dejarla en paz hasta que ella decidiera contárselo.




CAP 15






Bill no tardó en ir en su busca dejando a todos con la incertidumbre de lo que les pasaba. La encontró de pie, apoyada contra la pared mirando al vació de espaldas a él. Exactamente no sabía lo que hacía allí ni si debía dejarla sola. Por otro lado anhelaba a aquella chica: su forma de ser, de sonreír, de confiarle sus secretos... pequeños momentos que compartían de vez en cuando y que quería volver a tener. Deseaba comprobar si ella seguía siendo la que era o por el contrario si había cambiado y hasta que punto. Alice ya sabía que Bill se encontraba a escasos metros de ella y dejó que él también oyese sus pensamientos.
-¿Porqué no me acuerdo de ti? No lo entiendo. Ya era mayorcita para recordar a una persona que encima significaba tanto para mi. ¿Y porqué nunca llegué a recibir tus cartas ni oí tus llamadas?
Dejó que su cuerpo resbalase por la pared hasta llegar al suelo y se encogió para ocultar su cara entre sus piernas, abrazándolas. Bill también se sentó junto a ella pero no se atrevió a tocarla. La confianza que habían tenido se había helado y no sabía hasta donde podía llegar.
-La culpa no es tuya Alice. A pasado mucho tiempo.-intentó consolara aun sabiendo que su argumento no era tan sólido como quería aparentar.
-Claro que sí es culpa mía. Tú me recuerdas a mi y nunca me has olvidado. Quiero averiguar porque yo no lo he hecho. No pudiste desaparecer de mi vida así como así.- seguía echándose la culpa. Se sentía tan estúpida... cualquier otra chica en su lugar jamás podría haber olvidado a aun chico como él sobre todo si había estado enamorada de él desde hace tanto. No podía hacer como si nunca hubiese pasado. Debía descubrir porqué había estado tan ciega durante tanto tiempo. Tenía ganas de llorar y que él la consolara como cuando eran pequeños. En vez de eso, Bill se pudo de pie enfrente de ella y dijo:
-Entonces te ayudaré.
Y le tendió la mano para que ella la cogiera y se levantase también. Fue una reacción que sorprendió mucho a la joven. Aceptó su ayuda y ambos se dirigieron de nuevo al bus donde ya los esperaban los demás. Bill seguía siendo aquel chico amable y tierno que había conocido una vez. Eso le agradó. Aun faltaban por llegar Ann y Jenny que seguramente habían ido al servicio pero ninguno preguntó por ellas.



CAP 16


Las dos muchachas se hallaban aun en la cocina. Habían acabado de comer pero Jenny estaba buscando un pendiente que se le debía de haber caído por allí cerca. La otra chica la esperaba sentada en una de las sillas con las piernas cruzadas observándola divertida.
-Podrías ayudarme en vez de quedarte ahí sentada mirándote las uñas.-refunfuñó Jenny nerviosa.
-Vale.- respondió aun sin moverse y sin ningún indicio de que fuera a hacerlo.-¿Te gusta Tom.? Me he fijado en cómo le mirabas, celosa de esa pelirroja de bote.
Jenny trataba de hacer oídos sordos a lo que decía Ann. Sabía que ella había tenido un lío con él y que quería vengarse pero no pudo evitar seguir escuchándola.
-Te gustaría estar en su lugar.-afirmó.-No te culpo. A mi también. Sentir su cuerpo sobre el tuyo, besarle, tocarle, acariciarle... hacer cosas que a millones de chicas les encantaría. Te gustará, ya verás. Estás tan cerca de él... solo te alta decisión y lanzarte a él. Yo podría ayudarte.




CAP 17




Sus palabras eran tan convincentes que la sola idea de tener por algún tiempo a Tom la tentaba impulsivamente. No veía nada malo en dejar que esa chica la ayudara ¿o si? Era una oferta demasiado atractiva como para dejarla pasar.
-¿Qué quieres a cambio?
Ann sonrió maliciosamente.
-Nada que no puedas darme. Solo quiero la satisfacción de ver a esos dos separados y a la niñata esa sufriendo por haberse cruzado en mi camino. Es muy sencillo.
A Jenny no le había hecho nada malo la muchacha pero era codiciosa y estaba ansiosa por pertenecer a Tom durante al menos una noche. Ann le tendió la mano y Jenny tardó unos segundos en estrecharla cerrando así el trato. Con toda la conversación a Jenny se le había olvidado que estaba allí para buscar un pendiente que se le había perdido.

Subieron al autobús con todos los demás y diez minutos más tarde salieron de aquel sitio. El lugar a donde iban no quedaba muy lejos de allí. Al llegar se dieron cuenta de que en aquel lugar no había nadie aparte de ellos. Ni una sola cámara ni ningún paparatzzi. Se hallaban en unas piscinas naturales rodeadas por árboles cuidadosamente podados y adornados.
-La sesión de fotos ha sido aplazada y como compensación espero que disfrutéis de este sitio que va a ser solo para nosotros toda la tarde. Abajo, tenéis los vestuarios donde os esperan unos trajes de baño todo vuestros. No os preocupéis por la cancelación del evento que ha sido cancelado hoy porque seguís estando invitadas a participar en el cuando se celebre.- David hablaba sin tiempo para hacer una pausa y tomar aire.-Será nuestro pequeño secreto.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que hermoosooo tu FIC!
Sigueee PLZ!!!
o_O lo ameeee!!
SIGUEEE!!

Saludos!!! desde venezuela (L)

Anónimo dijo...

ahiiiiiiii
por dios que linda tu historia
m llego al almaaaa
tienes que continuarloooo
porfavorrrr
kisses

Anónimo dijo...

o_o tieness que seguir subiendoooo!! me leii tu fic desde el principio ii estaa hemosooo *-*

pliss agregamee cuando puedas (mayra_17_94@hotm...)

porfaa subee otro caap prontoo!!

ana tomsitha dijo...

wao0o0o0 me enkanto tu fic ezta diviiina encerio0o0 porfiiz ziguela
q ezta zuper ez lo maz!!!!
porfa .....